sábado, 7 de junio de 2025

EL LIBRO DE ENOC , LAS MUJERES DE LOS VIGILANTES Y EL PLAN DE FUGA

 


Introducción

En el Libro de Enoc, uno de los textos más crípticos y fascinantes de la literatura apocalíptica judía, encontramos una narrativa que va más allá del ya conocido episodio de los "hijos de Dios" y las "hijas de los hombres". Este documento, redactado entre los siglos III y I a. C., presenta un escenario complejo sobre la caída de seres celestiales que transgreden las fronteras del orden divino para mezclarse con los humanos. 


Pero un detalle poco explorado merece ser analizado con detenimiento: la aparición y posterior condena de mujeres Vigilantes, con nombres propios y destino igualmente trágico.

Este ensayo descubre un escenario imprevisto: el silenciado rol de las mujeres de los Vigilantes, el confinamiento de unos alienígenas sediciosos incapaces de propagar su especie, el complot de unos reos venidos del espacio y la utilización de los humanos como instrumentos para una fuga planificada. Si esto suena a ciencia ficción, es sólo por falta de contexto. Y es lo que en este artículo intentaremos proporcionar.


Un libro como puzzle 

El libro de Enoc no solo es tedioso - de hecho cuando comencé a leerlo era un fervoroso creyente y al terminar ya me había convertido en ateo- sino también escabroso -es difícil imaginar una estrella con genitales de toro- pero la historia que contiene sobre los Vigilantes lo hace único en su género y por ello es tan apreciado y citado por la ufología. 


En síntesis, el Libro de Enoc (especialmente 1 Enoc o Enoc Etíope) describe cómo un grupo de ángeles, los Vigilantes (en hebreo 'Irim, los que observan), desobedecen a Dios al descender a la Tierra y tomar mujeres humanas por esposas. Con ellas engendran gigantes (los Nefilim), que corrompen a la humanidad.


Lo que el lector desprevenido podría ignorar es que la historia sobre los Vigilantes no sólo está contenida entre los capítulos 6 y 36 del libro, como apuntan los exégetas, sino desperdigada a través de toda la obra. Los capítulos que narran la historia de los Vigilantes parecen las piezas de un rompecabezas. Y hasta en eso se parecen a toda la historia de la ufología.



Una tripulación mixta

Desde el punto de vista de un lector moderno, la historia de los Vigilantes sólo puede ser entendida como una expedición civilizatoria venida desde algún lugar del espacio exterior, o de algún otro universo o dimensión, o vaya uno saber de dónde, pero que los terrícolas interpretaron como seres angelicales llegados del cielo..


Sabemos dónde descendieron: el monte Hermón, entre Líbano y Siria. Conocemos su número: algo más de 200. También sabemos los nombres de sus jefes. Entre los principales se menciona una veintena y, aunque las versiones clásicas del libro no lo aclaran expresamente, la mitad de ellos podrían ser mujeres. De hecho, la versión en español de traductor anónimo consultada para este artículo, basada en la versión de R.H. Charles (1917), publicada por Ed. Elejandria y disponible para descargar en linea, diferencia hombres y mujeres en estos veinte nombres.Los encontramos en el capítulo LXIX del Libro de Enoc:


“Y he aquí los nombres de esos ángeles y estos son sus nombres: el primero de ellos es Samjâzâ, el segundo Artâqîfâ, y el tercero Armên, el cuarto Kôkabêl, el quinto Tûrâêl, el sexto Rûmjâl, el séptimo Dânjâl, la octava Nêqâêl, la novena Barâqêl, la décima Azâzêl, la undécima Armâ-rôs, la duodécima Batarjâl, la decimotercera Busasêjal, la decimocuarta Hanânêl, la decimoquinta Tûrêl, la decimosexta Simâpêsîêr, la decimoctava Jetlêlâl, el decimonoveno Tûrêl, el vigésimo Rû-mâêl, el vigésimo primero Azâzêl”.


La estructura del texto sugiere que estos nombres, insertos en una lista que alterna géneros y terminaciones fonéticas diversas, podrían representar una paridad de género entre los Vigilantes, ya que se nombra a diez varones y diez mujeres entre los principales. Esta distribución igualitaria de hombres y mujeres entre los miembros de la tripulación confiere al relato una insólita verosimilitud, ya que es lo que cabría esperar de una civilización avanzada. Algo que debe haber resultado particularmente escandaloso para la cultura patriarcal de la época.


De hecho, en el capítulo XIX se afirma que: "... las mujeres de los ángeles que se descarriaron se convertirán en sirenas…”


Es decir, la condena no fue exclusivamente masculina. Hubo Vigilantes femeninas que también transgredieron los límites y que, como castigo, fueron transformadas en entidades marinas marginadas.


La misión 

Los Vigilantes debían instruir a los hombres en los rudimentos de las artes y las ciencias incluyendo escritura, astronomía, física, agricultura, metalurgia, cosmética, etcétera. Sin embargo debían cuidarse de no enseñar a sus pupilos lo que Enoc denomina "ciencias prohibidas". Cómo pronto veremos, está extraña prohibición se aclarará por si misma.


Por otra parte, se les prohibió a los Vigilantes que tuviesen relaciones carnales con las mujeres humanas. Al menos esta es la versión del Antiguo Testamento: los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas y copularon con ellas. Sin embargo, esta interpretación no es del todo correcta si nos atenemos al relato de Enoc. Hubo mujeres de entre los Vigilantes que también se “corrompieron”, esto es que se vincularon con hombres terrestres. Por la misma falta, los Vigilantes varones se convirtieron en "ángeles caídos" y sus mujeres en "sirenas”. Se diría, sin mucho esfuerzo de imaginación, que los Vigilantes se vieron obligados a mudar su residencia desde las alturas a las profundidades: de la tierra para los hombres y del océano para las mujeres. Esta condena puede leerse como un castigo en celdas separadas pero podría ser simbólica y una forma de expresar que los Vigilantes, tanto varones como mujeres, habían sido esterilizados. Como pronto veremos, aquí se plantea un doble enigma. Estos disidentes ¿fueron esterilizados tras su condena o ya lo habían sido antes de emprender el periplo hacia nuestro mundo?



El complot

Así como las mujeres humanas atrajeron a los Vigilantes varones, las mujeres de los ángeles pueden haber resultado muy atractivas para los varones humanos. La atracción mutua entre la especie celestial y la terrestre es atendible pero incompleta. El libro de Enoc nos da a entender que hubo un complot. No que una noche salieron los ángeles de juerga, se tomaron todo el vino y embarazaron a todas las hembras humanas. Más bien parece haber sido un plan deliberado. 


Enoc nos cuenta que los Vigilantes “hicieron un juramento” para que, en caso de ser descubiertos, no recayera la culpa en uno solo de ellos. Lo cual nos lleva a pensar que los Vigilantes disidentes no estaban muy a gusto con la situación y la misión que tenían. ¿Por qué se expondría este grupo de insurrectos a un castigo terrible y casi inevitable? 


Una buena razón sería que hubiesen llegado como reos de su mundo natal, y aceptado integrar la tripulación como parte de su rehabilitación. Del mismo modo que muchos condenados se unieron a las expediciones que conquistaron América. 


Así, el comercio carnal con los humanos, más que entretenimiento o el simple gusto por la desobediencia, podría haber sido el primer intento de librarse de su condición de reos y escapar. Si estos vigilantes eran tan longevos como se cuenta, la condena puede haber resultado intolerable. El plan, desde el principio, habría sido camuflarse entre los humanos y “obsequiarles” un conocimiento tecnológico avanzado que, más que una muestra de generosidad, les serviría como un medio efectivo para su fuga. Para decirlo claramente, sólo podrían escapar sin ser detectados si se convertían en humanos con tecnología de punta.


Pero el plan falló. Al parecer, los Vigilantes y los humanos eran físicamente similares pero genéticamente incompatibles. De la cópula entre Vigilantes y humanos nacieron gigantes que pronto asolaron la Tierra. Para limpiar al planeta de esta plaga Dios ordenó un diluvio y los rebeldes fueron llevados a juicio. El buen Enoc intentó mediar a favor de los caídos, sin éxito. Mucho antes de las conspiraciones de los siglos 20 y 21, que hablan sobre acuerdos entre autoridades terrestres con emisarios alienígenas, incluso antes de Charles Fort declarando a principios del siglo 20 la misma idea, Enoc fungía como el primer intermediario entre los hombres y los dioses.


Conclusión 

Si estos Vigilantes -aunque sea en parte- están detrás de los modernos relatos de abducción del fenómeno ovni, es fácil entender por qué estos supuestos alienígenas no establecerían un contacto directo con los humanos: lo tienen prohibido. De igual modo, las supuestas manipulaciones genéticas denunciadas por los abducidos podrían revelar continuos intentos para lograr una compatibilidad reproductiva con los humanos. 


Ya sea que los Vigilantes fueran esterilizados antes o después del juicio, estando sometidos a un estricto aislamiento y vigilancia, sus posibilidades de sobrevivir resultarían escasas. Sólo un programa encubierto de manipulación genética a largo plazo, en un intento de hibridarse con los humanos, podría ofrecerles alguna esperanza. La transformación de mujeres Vigilantes en sirenas tras la caída podría aludir a una consecuencia, posiblemente no deseada, de la experimentación genética como parte del plan de fuga.


Si los relatos modernos de abducción tienen algún valor, se diría que los Vigilantes continúan en su desesperada lucha por la supervivencia. El plan podría haber cambiado con el tiempo incluyendo alianzas, traiciones y estratagemas sobre las cuales sólo podemos especular. Pero en esencia puede no ser muy diferente al que se vislumbra en esta lectura del libro de Enoc. Los ángeles, dioses o vigilantes intentan mezclarse con los humanos, proveyéndoles “conocimientos prohibidos” con la esperanza de que algún día, si tienen suerte, puedan “regresar al cielo “. Siempre y cuando los “vigilantes de los vigilantes” no los aniquilen en su huida. 


Cómo fácilmente se advierte, esta historia está lejos de haber llegado a su fin.


Del libro de Domingo Feriado “Manual de sucios trucos alienígenas", en preparación.

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